Yo creía en los valores tradicionales: que una esposa debía obedecer a su esposo, cocinar y limpiar, usar faldas y medias, ser follada por su esposo todas las noches y, lo más importante, hacerle una mamada cuando se la pidiera. Mi mejor amigo Saúl me dijo que ya no existían mujeres así. Un día, Saúl compró un libro sobre ocultismo en un mercadillo. Al día siguiente, me desperté y era Mariana, la esposa de Saúl.
Saúl dijo que me cambiaría de nuevo cuando cumpliera con los altos estándares que yo tenía para las mujeres, y le hiciera una mamada que lo dejará 100% satisfecho.
He pasado casi un año en este cuerpo y hago todo lo posible por ser una esposa obediente con Saúl. ¡No tengo ni un solo par de pantalones, ni siquiera pantalones de mujer! Siempre uso solo vestidos o faldas y uso la lencería más provocativa para mi esposo, le cumplo todas sus fantasías. Todas las noches me abro de piernas para que mi esposo tome con su polla y siento su semen dentro de mi vientre. Y todos los días le hago una mamada a Saúl.
Lo peor, creo, es cuando Saúl me da ordenes en público, me exige su cena o me da nalgadas delante de sus amigos. Yo sé que en este punto soyla reina de las mamadas, pero cada vez que le pido a Saul que me devuelva mi hombría, me dice que no esta 100% satisfecho. Sé que es una mentira, pero hace tiempo que dejo de importarme.
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