martes, 9 de diciembre de 2025

Contrato



Mi jefe me llamó justo cuando llegué al trabajo. Cuando llegué a su oficina, mi jefe me dio un contrato. Lo leí y pensé que era algún tipo de broma. Yo era nuevo aquí y era mi primer trabajo, pero el contrato me ofrecía dinero más allá de mi imaginación, un coche de lujo y una villa donde podía vivir. Fui lo suficientemente ingenuo para creerlo. Sin leer hasta el final, firmé, sellando así mi destino.



Ha pasado un año y todavía tengo dudas. Por supuesto que obtuve las riquezas prometidas, pero también perdí algo: mi dignidad y hombría, ya que tuve que convertirme en la esposa trofeo de mi jefe, satisfaciendo todas sus necesidades. Tan pronto como me inscribí me vi obligada a pasar por una transición que me convirtió en mujer. Luego conseguí una nueva identidad y me casé con mi jefe. 



Aunque no tengo que preocuparme por el dinero o el trabajo, prefería renunciar a todo y volver a mi antigua vida en pantalones. Pero ya es demasiado tarde, el contrato era de por vida y además todos los días mi esposo me toma sin protección. Es cuestión de tiempo para convertirme en madre de nuestro primer hijo. Supongo que es cuestión de tiempo para aceptar que pasaré el resto de mi vida en vestido y medias. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario