domingo, 14 de septiembre de 2025

Una calida despedida. (10) FINAL DE TEMPORADA

 



Capítulo 11: Una cálida despedida

Los últimos días de su estancia en Tampa transcurrieron sin más melodrama. Tony volvió a ponerse el tutú en una presentación en la que participaron todas las estudiantes de las escuelas de ballet americana e inglesa. Cuando terminó, el chico feminizado sufrió de melancolía al darse cuenta de que era la última vez que bailaría con sus nuevas amigas. Shirley notó su tristeza y, antes de que se quitaran los tutús, le pidió a Madge que les hiciera una foto junto a Madame para el álbum de fotos de su prima.



A la mañana siguiente, todo el grupo se subió a una caravana de furgonetas y partió para disfrutar un día en el parque de diversiones. Ataviado con un vestido corto rosa de verano, cintas para el pelo, calcetines tobillos y zapatos de tiras, Tony se sumergió por completo en su papel de "Antonia", riendo y saltando alegremente como una niña.

Shirley observaba con regocijo cómo su primo interpretaba su papel a la perfección. 

En la tarde sorprendió a Tony caminando por asfalto, de la mano de Mel; manteniendo la distancia para no ser vista, observó divertida cómo la pareja susurraba, reía y se miraba con timidez. "Es como si estuvieran coqueteando", pensó

La pareja se detuvo a tomar un refresco a la sombra de un gran árbol. Shirley rió al ver a su primo tan cerca de otro chico.

Cuando estaba a punto de irse a reunirse con sus amigas, Shirley vio algo que la impactó. Melvyn levantó un poco el dobladillo de la falda de Tony, tocándole la pierna y ¡le robó un beso! Pero lo que sucedió después fue más impresionante; en lugar de molestarse, Tony rió juguetonamente como una niña enamorada, retiró la mano del chico se su pierna con ternura, acomodó su falda y luego se dieron otro beso. Al separarse ambos sonrieron como si fuera lo más natural del mundo.

"Increíble, Tony ya besó a un chico y yo aún no", pensó alegre. 

Tony y Mel pasaron el resto de la tarde juntos. Riendo, besándose y subiendo a algunas atracciones. El vestido corto de Tony fue como una invitación para Mel. El chico mayor le puso la mano en las piernas en varias ocasiones. Tony se sonrojo en cada ocasión, pero disfrutaba del toque de las manos del otro niño. Así que lo dejaba tocarlo algunos segundos antes de quitar su mano. 

Tony había aceptado con gracia su rol de niña y de novia de Melvyn ese día en el parque y disfruto con el chico de un día muy agradable. 

... 

La mañana de la despedida fue emotiva. Tony lucía muy elegante con un vestido blanco sin mangas de su prima; resultaba un vestido adorable para una niña pequeña con un cinturón rosa, medias y botines. Shirley estaba encantada con el nuevo look de su primo.

Mimi y varias chicas del colegio estadounidense acompañaron al grupo inglés al aeropuerto, también Mel y su madre. Todos se reunieron para despedirse. Fue allí donde Tony se dio cuenta de lo que su presencia había significado, para todo el grupo... y para su nuevo novio.

"Toni... Antonia..." Mel se sonrojó mientras tomaba la mano del chico feminizado. "Mamá y yo te estamos muy agradecidos... pusiste en riesgo tu propia seguridad para rescatarme... queríamos que tuvieras esto."

El niño de once años, tomó la cajita que su novio le ofrecía y la abrió, entrecerró los ojos para ver una preciosa pulsera con una bailarina dorada colgando de ella. Tony pensó que era el regalo más hermoso que le habían dado. 

Mel colocó la pulsera dorada sobre la muñeca de Tony y la aseguró en su lugar. Un simple "Gracias" fue todo lo que el niño con bragas pudo decir. Luego el niño mayor lo besó en de la boca y le dio un cálido abrazo. Tony tenía lágrimas en los ojos cuando los dos chicos se separaron, y se encontró deseando que no tuvieran que irse.

En el vuelo de regreso Tony estaba inquieto. Se sentó con su prima, soportando sus constantes preguntas y comentarios sobre su relación con Melvyn. Ya era bastante vergonzoso que ella lo hubiera visto besando a un chico, pero también los vió tomados de la mano y besándose en el parque de diversiones. Shirley no dejaba de hablar de eso. Después del centésimo "¿Te gustó besar a un chico?" se disculpó y fue al baño para descansar un poco.

Cuando regresó, se alegró de encontrar a su prima dormida, aunque ocupó los asientos de ambos. Madame notó su situación e invitó al chico de la falda a sentarse con ella. 

"Me alegra que te haya gustado", dijo la elegante dama, tocando la bailarina que colgaba de la muñeca de Tony. "Mel insistió en que te compráramos algo para que recordaras este viaje".

El preadolescente travestido se movía nerviosamente con su vestido; Las medias transparentes que le había hecho ponerse su prima lo estaban volviendo loco.

"Oh, bueno, Mel es realmente agradable. Me sentí mal por la forma en que actuaba su padre. A veces no es fácil ser un niño".

"Puedo imaginarlo...Anthony. Los niños y los vestidos no suelen combinarse, pero pareces ser la excepción". 

Cuando Tony comprendió que lo habían descubierto la mujer continuó "Estoy asombrada de lo bien que te manejas en vestido. Eres mucho mejor en eso que mi sobrino".

Tony sintió que se le derretía el corazón mientras miraba a los ojos de la mujer. "Yo... no sé a qué te refieres..." tartamudeó.

Madame echó la cabeza hacia atrás y soltó una risa suave. —Oh, Tony, no me tomes el pelo, sabes exactamente a qué me refiero... —hizo una pausa—, jovencito. Eres sin duda el chico más talentoso que he conocido, pero no puedes engañarme. 

Tony luchó contra el deseo de apartarse, obligándose a mirar a su acusadora a los ojos. Decidió admitir su culpa y poner su vida en manos de la profesora de ballet.

—¿Hace mucho que lo sabes?

Madame tomó su mano entre las suyas . —No importa cómo lo sé, querido, ni por cuánto tiempo. Sólo quiero que sepas que te admiro mucho.

El joven miró a la mujer que estaba a su lado por un momento. "¿No estás enojada conmigo?"

"No estoy enojada. Has actuado con nada más que el interés de los demás en tu corazón. De hecho, estoy muy orgullosa de conocerte. Quiero decir, salvaste la vida de mi sobrino. Eres una persona muy especial".

Tony se encontró en el lado receptor de un abrazo cariñoso.

"Entonces, ¿no estoy haciendo nada malo?" preguntó tímidamente. Era una pregunta que se moría de ganas de hacerle a alguien.

"No lo creo. Pero algunas personas no lo entienden. Tienes que ser discreto..." - dijo sonriendo- "creo que sólo eres tú mismo".

"Mel no lo sabe, ¿verdad?" Tan pronto como preguntó, sintió un nudo en la garganta.

"¿Realmente importa?" respondió la dama. Tony se encogió de hombros. 

Madame le dedicó una sonrisa, apoyó la cabeza en la almohada de vuelo... y cerró los ojos.

El chico travestido suspiró.



Epilogo.

No pasó mucho antes de que llegaran a Inglaterra. Una vez dentro del aeropuerto, Shirley observó atentamente cómo su primo luchaba con su equipaje. Entre la muñeca bajo un brazo, su abrigo bajo el otro, la pesada maleta, su bolso y su vestido; el niño batallaba para caminar. Puede que haya sido cruel disfrutar viéndolo sufrir, pero había algo que hizo sonreír a la niña de doce años.

¡Es tan... tan lindo!, pensó para sí misma mientras Tony se detenía para tirar del dobladillo de su vestido de donde se había subido dejando ver sus bragas. Shirley sonrió.

Mientras manejaba sus propias maletas, Shirley mantuvo sus ojos en su lindo primo y se maravilló de la notable transformación que él hacía cada vez que usaba un vestido.

La mente de la niña melancólica regresó a los eventos de los últimos días. No solo había podido sacar a Tony del país disfrazado de niña, sino que había logrado ponerle un tutú y asistir a una función de ballet, ayudarlo a resolver un crimen y luego ¡lo había visto besarse con un chico!

¡Qué maravillosa aventura! Shirley pensaba en que tenía que volver a ver Antonia en el futuro. 

"Bueno, ya casi estamos en casa, primito. Espero que te hayas divertido". Shirley dijo con un gesto alegre.

"Estuvo bien, supongo".

Shirley se rió. "Estuvo más que bien... ¡fue fabuloso! No puedes decir que no te lo pasaste genial. ¿Qué hay del ballet? ¿Nadar en el océano?" Suspiró. "Y resolviste un misterio."

El chico de la falda sonrió avergonzado. "Bueno, fue divertido, te lo concedo. Pero no lo volvería a hacer. También fue bastante aterrador..."

—¿Te refieres a cuando esos hombres intentaron entrar en el auto de Elisabeth y atraparte?"

Tony se sonrojó y asintió. —Sí, eso fue bastante aterrador. Pero estaba pensando más en... bueno, cosas como estar en el escenario con tutú... o estar solo con Mel.

La prima mayor le dedicó una cálida sonrisa. —Bueno, ya casi estás en casa. Puedes olvidarte de todo eso...

—Menos mal. —Tony se estremeció—. Quiero llegar a casa y ponerme pantalones. Hace demasiado frío para usar vestido.

Shirley empezó a reírse del comentario del niño, pero justo entonces vio algo que le provocó un escalofrío.

—Uh-oh. ¡Estamos en problemas! -dijo con voz cantarina. 

Tony miró a su prima e hizo una mueca. -¿Qué clase de problemas?

-Mira quién está aquí para recibirnos.- La chica asintió en dirección a la puerta del vestíbulo.

Tony se giró hacia donde su prima estaba mirando. En la entrada principal del aeropuerto había un par de caras familiares. La tía Mary y ¡¡¡la madre de Tony!!! Las dos mujeres saludaban con entusiasmo. El detective travestido sintió que se le hundía el estómago al ver que su madre lo llamaba con naturalidad. 

-¡Tony, aquí estamos, cariño! ¡Bienvenido a casa!

Eso es todo, pensó el chico travestido. Estoy muerto.

Al mirar el vestido que llevaba, deseó al menos llevar algo menos infantil.

¿Cómo demonios voy a salir de esta?, se preguntó.

Y esa, querido lector, es otra historia...



No hay comentarios:

Publicar un comentario