miércoles, 24 de septiembre de 2025

Clínica Venus 6



El cliente 0927 tenía 24 años, un título universitario colgado en una pared vacía y una rutina que lo asfixiaba. Cada día era igual: despertador, tráfico, cubículo, órdenes vacías, y un jefe que lo trataba como si su vida valiera solo por su productividad.

No encajaba. No en los trajes, no en los cafés de oficina, no en las conversaciones sobre rendimiento. Algo en su interior suplicaba por una vida distinta, una vida donde no tuviera que demostrar nada. 

Una madrugada, mientras navegaba por internet, encontró un anuncio discreto:

“¿Y si tú no fueras el proveedor… sino la recompensa? Descubre quién eres realmente en Clínica Venus.”

Al cliente 0927 le bastaron 48 horas para decidir. Firmó los documentos de confidencialidad, recibió su pastilla rosa y comenzó su verdadero proceso de renacimiento.

Durante las primeras noches, mientras dormía, una voz suave y constante penetraba su subconsciente:

“No naciste para competir. Naciste para complacer.”
“No necesitas trabajar. Solo necesitas ser deseada.”
“El mundo es un lugar duro para los hombres… pero perfecto para una esposa obediente.”

El cuerpo comenzó a ceder. Las líneas duras se suavizaron. Su piel se volvió tersa. Su voluntad, moldeable. Cada mañana despertaba más femenina, más dócil, más hermosa.



Cuando finalizó el tratamiento, ya no quedaba rastro del joven frustrado. En su lugar vivía Camila, una mujer delicada y radiante, liberada de toda obligación, sin otra preocupación que cuidar su figura y complacer a su marido.

Rodrigo, un exitoso empresario y cliente recurrente de nuestra red social privada, la conoció en una de nuestras galas. Quedó hechizado. Se casaron al mes. Desde entonces, Camila vive feliz en una casa de dos pisos, con jardín, espejos altos y cortinas blancas que combinan con sus vestidos de encaje.

Camila se despierta temprano, se maquilla con esmero, y espera a su esposo con un café caliente y labios brillantes. Por la tarde, se prueba ropa nueva o toma cursos de cocina erótica, según las instrucciones que le implantamos. Y por las noches, cumple su deber con una sonrisa satisfecha y un corazón rendido.

"Jamás me sentí tan libre como desde que dejé de ser yo."
Así nos escribió recientemente, con letra redonda y tinta rosa.

Clínica Venus
Privacidad absoluta. Resultados definitivos.
Transformamos a quienes no encajan… en mujeres que brillan. 

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