Mi mejor amigo, Armando, estaba pasando una racha muy mala. Y sentía la necesidad de ayudarlo. Un día vi una estrella fugaz y deseé que mi amigo pudiera encontrar pareja, y la estrella fugaz que estaba sobre mí me concedió ese deseo. De repente estaba parada en la sala de estar de mi amigo Steve, cerca de su mesa de billar, ¡con un traje de porrista de los Raiders! ¡Pronto me di cuenta de que ya no era un hombre en absoluto! ¡Y tenía un anillo de compromiso en mi dedo!
Esa noche íbamos a ver el partido juntos con unos amigos, pero en lugar de haber ido como uno de los chicos estaría ahí como la novia de Armando, vestido como porrista. Estaba en shock, ¡¿ahora yo era la prometida de Armando?! ¿Fue culpa de ese deseo? ¿Por qué Armando me parecía tan guapo y sexy ahora? ¿Por qué tenía curiosidad por saber cómo se sentiría la polla de Armando en mi boca, culo y vulva? Tenía que admitir que mi cuerpo se sentía agradable, incluso sexy, y la falda restringía mis suaves piernas cubiertas y comenzaba a gustarme la sensación.
Terminando el partido, Armando me llevó a su habitación y comenzó a tomarme. Mientras mi amigo me cogía, dije con mi nueva voz aguda: "¡Uf, el mejor, uf, deseo, uf, jamás, oh!"
Me encantó lo sexys que me sentía con ese atuendo, ¡y aún mejor fue tener sexo caliente con mi futuro marido bien dotado mientras vestía esa falda!
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