Mi hijo, Carlos, era muy machista. Un día vino su novia llorando, me dijo que mi hijo la estaba engañando constantemente. Y que llevaba años haciéndolo. Yo conocía a la niña de hace dos años cuando mi Carlos me la presentó. Me dijo que había pensado en su venganza... pero necesitaba mi ayuda. Me dio una pastilla rosa. Me dijo que se la diera sin que él se diera cuenta. Le dije que lo pensaría.
Esa noche confronté a mi hijo, diciéndole que me había enterado que estaba engañando a su novia. Quedé boquiabierta cuando me dijo: "Ya sabes como es esto, ma. Soy hombre y soy joven. Debo disfrutar la vida". Me di cuenta que mi hijo era una mala persona y como madre tenía que corregirlo.
Un par de semanas después Carlos tuvo un dolor de cabeza, le di la pastilla rosa diciéndole que era un analgésico...
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