domingo, 7 de julio de 2024

La novia de mi mejor amigo (Parte 4)

 


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Esta es la continuación de una serie.

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¿Y el meteorito?                                         

Realmente no recordaba lo que se siente estar en el asiento trasero de la moto, odio admitirlo, pero Guille se desenvuelve bastante bien a los mandos de mi pequeñita, cambia de marchas con fluidez y no parece tener problemas para llevarla, aún que mi perfeccionista ojo capta cada pequeño error que comete y no dudo en decírselo.                    

-¿Como puedes decir todo eso y no saber conducir?- dice con una risa seca tras el casco.

-No lo sé- con el ruido de la moto y el aire pasándonos con velocidad al lado tengo que subir el tono, denotando lo aguda que es ahora mi voz- Pero cuando me pongo frente al manillar me quedo totalmente en blanco.

Aún que es malo para mi masculinidad, de forma inconsciente me aferro con fuerza contra la espalda de guille, realmente trato de relajar mi cuerpo, pero soy incapaz de separarme de el, otra cosa que añadir a las cosas que odio.

Tomamos una curva y me tomo el tiempo para observar el cielo, ligeramente encapotado pero sin amenaza de lluvia, es un día húmedo y algo caluroso. Hablando de calor, además de mi camiseta y mis shorts vaqueros, ahora llevaba una sudadera de color morado con un estereotípico marciano verde en el centro, cortesía de mi mejor amigo, ya que con la escasa ropa que me había puesto, era arriesgado montar en moto.

-No sabia que te gustaba mostrar tanto Dani- ríe mi amigo mientras toma otra curva, no puedo hacer mas que apretar los dientes y esperar, esperar para recuperar mi cuerpo y darle una colleja.   

Finalmente llegamos a la linde del bosque, ahora que es de día todo puede verse mucho mejor, Guille estaciona la moto y tras bajar la pata de cabra apaga el motor y quita las llaves del contacto, observo por un segundo la entrada del bosque y cierro los ojos por un momento, vuelvo a estar ahí, junto a la piedra, es de noche y justo cae el rayo.

-¿Dani?- Guille me saca de mi ensimismamiento con un ligero toque en el hombro- Vamos.

Asiento y comienzo a caminar tras él, es mas difícil seguirle el ritmo con este cuerpo, llega un momento en el que creo que el mismo es consciente de eso y decide ir mas despacio, es tan frustrante...

No sé cuanto tardamos en encontrar el lugar, anoche, en la completa oscuridad apenas éramos consciente de a donde íbamos, tomamos varios caminos incorrectos que nos devuelven a la carretera, hasta que finalmente encontramos un camino de gravilla que nos lleva a un sendero mas o menos abierto, diez minutos caminando por ahí apreciamos que en el área hay varios arboles quemados y decidimos seguirlo, finalmente, logramos llegar al cráter.

-¡Si!- grito con alegría al ver el cráter-Volveré a ser un hombre... ¡Recuperaré mi pene!-

Comienzo a correr hacia el cráter, olvidando por completo lo que le ocurrió ayer a Guille, mi pie, el cual pensaba que estaría sobre el suelo se queda en el vacío, un desnivel, soy consciente tarde de ello, el cráter fue creado por la caída de la roca rosa por lo que es terriblemente irregular, cierro los ojos con fuerza preparándome para recibir el golpe cuando siento como algo me toma de la muñeca, giro la cabeza velozmente para ver que se trata de Guille, que tira con fuerza de mí hacia él, regreso con velocidad y me choco contra su mecho, cayendo los dos al suelo, aún que no me hago mucho daño ya que caigo justo encima de él.

-Auch...- Murmura adolorido en el suelo.

-¿Eres idiota?¿Por que no me has dejado caer?-

-Por lo mismo por lo que tu no me dejaste caer a mí- Dice el muy idiota con una sonrisa- Además, ahora pesas mucho menos.

Noto como la mirada de Guille repasa mi cuerpo y noto como mi rostro se tiñe de rojo.          

-¿En que estas pensando idiota?-

-En nada, en nada- dice riendo- Pero... Si lo hiciera... ¿Que hay de malo? Al fin y al cabo eres mi nov...-

Antes de que pueda terminar la frase un fuerte rodillazo se entierra en su entre pierna.

-Dilo, te reto Guillermo, termina la frase-

Con un gemido de dolor y una lagrima saliendo de su ojo, Guille niega con la cabeza.

-Bien, pues vamos a por esa estúpida piedra-

Bajamos, esta vez con mas cuidado y caminamos por el cráter, ahora que puedo verlo todo bien, es sorprendentemente grande el cráter para las dimensiones de la roca.

Llegamos al centro y noto un sudor frío recorrerme la espalda.

-Estaba... estaba aquí ¿Verdad?-

Guille traga saliva, para después asentir.

-Lo estaba-

-Entonces...- Noto como se me rompe la voz-¿¡DONDE ESTAAAAAA!?


***

-¿No crees que ya has comido demasiado?-

Guille observa la montaña de envolturas de hamburguesas que hay junto a mí, ya me he comido cinco y voy por la sexta.

-No es culpa mía- digo dando otro bocado a mi comida- Cada vez que trato de calmarme solo me entra mas hambre.

Nos habíamos pasado las dos ultimas horas en el bosque, buscando si había rastro del meteorito, y nada, lo unico que demostraba que aquella roca habia existido era el enorme crater del bosque.

-¿Que voy a hacer...?- digo cuando ya he terminado la sexta y noto que este cuerpo es incapaz de comer mas- No quiero quedarme así para siempre...

Guille toma una patata y la hunde en ketchup.

-Encontraremos alguna forma de volverte a la normalidad-

-Eso es muy facil decirlo- digo frunciendo el ceño- ¡Tu no eres el que mide uno sesenta y tiene un enorme culo!

-Pues yo creo que tu culo no esta mal...-

Aprieto la mandíbula y con velocidad tomo el bote de ketchup, llenándole la cara de la salsa de tomate.

-¡Ey!¡para!¡para!¡Era broma!- dice riéndose, cuando me detengo el procede a armarse de servilletas para limpiar su cara- 

-Pues no bromeés con esto-

Alzo la mirada, aún que es domingo y estamos en un restaurante de comida rapida en pleno centro comercial, no hay mucha gente, Guille piensa que quizas se deba a un ataque psiquico de los extraterrestres, yo solo pienso que hoy la gente no tenia ganas de salir de su casa.

-Y hasta que lo solucionemos... ¿Que piensas hacer?-

Suspiro pesadamente.

-No me queda otra que aguantarme-

-Mmm...-

-¿Que pasa?- Digo alzando una ceja.

-Tengo una duda-

Esperanzado porque quizas esa duda pueda llevarnos una a una forma de recuperar mi antiguo aspecto me encaramo a la mesa.

-¿Cual?-

Guille me observa con rostro serio.

-Me preguntaba sí... ¿Te has visto desnuda?-

Me quedo estático por un momento, mientras por mi mente pasa la imagen de hace unas horas, cuando me estaba cambiando de ropa interior.

-¡No!¡Claro que no!¡¿Por quién me tomas?!-

-No suenas muy sincer...-

-¡Guille!¡Dani!-

Mientras mi amigo hablaba alguién entra por la puerta del restaurante y corre energicamente hasta nosotros, una niña pequeña de unos siete años, su piel es ligeramente oscura como el café y sus ojos ambarinos brillan con ls energía de un relampago.

-¿Melissa?- 

Melissa es la hija de Victoria, una vieja amiga de la madre de Guille a la que cuidabamos de vez en cuando.

-¡Melissa!-

Victoria llega justo despues de su hija, corriendo tras ella, al parecer, la niña habria escapado de su madre para venir junto a nosotros, al reparar en Guille y en mí, Victoria se sorprende ligeramente y nos saluda.

-Ho... hola-

-Hola Señora Rodríguez- digo alzando mi mano.

-¿Señora Rodríguez?- Victoria sonríe- Dani, no me hables con tantas formalidades, sabes que puedes llamarme Victoria.

-¿Puedo?-

-Pues claro tonta-

Aún se me hace extraño que se refieran a mí en femenino y hago una mueca, aún así, parece que no solo mi genero ha cambiado, Victoria me trata con mucha mas cercania que cuando era un chico.

-Siento haber interrumpido vuestra cita-

-¡No es una cita!- digo de pronto.

-¿No lo es?- Preguntan tanto Victoria como Guille al unisonó, a este ultimo lo fulmino con la mirada.

-Bueno, aún así lo siento...- Victoria nos mira a ambos como si nos quisiera oreguntar algo pero no se atreviese- Sé que puede parecer muy precipitado, pero me ha fallado la canguro de Melissa y tengo una cena de trabajo muy importante ¿Os importaria cuidar de ella?

Miro el reloj que hay en una pared, son las cuatro de la tarde, ese tipo de eventos comienzan muy pronto y acaban muy tarde.

-Os pagaré por ello-

-No hace falta- dice Guille.

Asiento.

-Claro, lo haremos encantados-

-¡Y gratis!- dice Guille- Todavía te debo una por lo de la ultima vez.

Oh, lo recuerdo bien, Guille fué a una quedada de frikis conspiranoicos y termino bebiendo mas de la cuenta, pero gracias a Victoria pudo dormir la mona en su casa y su madre no se enteró.

-Muchas gracias chicos...-

-No es nada- digo con una sonrisa.

-Yeiii!- Melissa me salta encima, abrazándose a mi vientre mientras ríe-¡Juguemos a las princesas!

Espera

¿Que?


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