miércoles, 28 de agosto de 2024

La novia de mi mejor amigo (Parte 13)


La visita

La noche que "hablé" con Lía fue la noche en que recuperé el conocimiento. La manera en que desapareció sin dejar rastro me hace cuestionarme si fue real el encuentro o si lo soñé. Decidí que no importa al final lo que me dijo tenía sentido, si el gobierno u otra organización estaban ocultando los meteoritos no podía hacer nada para estar en contacto con ellos de nuevo. Sería mujer el resto de mi vida y sería mejor aceptarlo. 

Pensando en eso de repente me encontré pensando en una versión adulta de mi, mujer... ¿Me casaría con Guille? Me imaginaba a mi papá conduciéndome al altar con un vestido blanco de novia, me sonroje solo de pensarlo. ¿Tendríamos hijos? La idea no me desagradaba de hecho hasta me parecía natural. Creo que ya no queda mucho del hombre que fui.

...

Me tomó unos días dejar el hospital, estuve en coma un par de meses y durante ese tiempo no use las piernas para caminar, por lo cual estaban un poco entumidas. Necesite unos días de terapia para volver a caminar y finalmente volví a casa.

Cuando estuve en casa pregunté por Alfonsse, lo había olvidado por completo con tantas cosas en mi mente, me dijeron que falleció a causa del accidente. Oh Dios, el tipo me caía mal pero no hubiera deseado jamás que le pasara lo que le sucedió. Tuve suerte de no terminar como él...

"...eres una jovencita afortunada con mucho que perder. Sospecho que no darás problemas."

Las palabras de Lía resuenan en mi cabeza. Comienzo, mentalmente, a enlistar las cosas por las que soy afortunada:

*Por sobrevivir al accidente de la moto.
*Por mis papás que me quieren mucho.
*Porque soy joven y tengo toda la vida por delante
*¿Por ser una chica atractiva con caderas y un culo grande? La verdad es que si, comienzo a disfrutarlo.
*¿Por tener un novio como Guille? No sé si técnicamente somos novios, es decir, en esta realidad si lo éramos pero nunca hemos hablado seriamente al respecto. Ni siquiera hemos contemplado la posibilidad.

De repente vuelve a mi mente la imagen de mi embarazada y viviendo con Guille... me sonrojo solo de pensarlo. Mientras estoy sumida en mis pensamientos suena el timbre de la puerta. Espero que sea Guille...

¡Son mis abuelos!

-Hola, mi niña. -me dice mi abuela y me abraza con fuerza.
-Queríamos venir desde que supimos lo del accidente pero tu mamá nos dijo que mejor viniéramos cuando recuperaras el conocimiento. -dice mi abuelo y me da un abrazo vigoroso, no parece un hombre de más de 60 años.

Mi abuela me regaló un vestido de verano un poco aniñado, pero me encanta. Le preguntó a mi mamá que si puedo estrenarlo. Ella asiente y corro a ponérmelo. 

-Cuando conoceremos a tu novio, princesa. -pregunta mi abuela.
-Le pedí que no viniera hoy para que pudieran convivir con Dani, mamá. Pero lo invité a venir mañana. -le replica mi mamá.
-Muy bien, entonces lo conoceremos mañana. -sonríe mi abuela.

Pasamos el resto del día los cuatro solos. Mamá mi abuela y yo preparamos la cena y un postre, mi abuela hace muchos comentarios sobre lo grande que soy y como el vestido me hace ver como una mujer ya no como una niña. Mamá le dice que seguiré siendo una niña hasta que termine mi carrera. Reímos mucho juntas. Luego cenamos con los hombres: mi papá y mi abuelo. No puedo evitar notar como ya no tengo casi cosas en común con ellos, soy mucho más parecida a mamá y a mi abuela...

Esa noche tenía muchas ideas en la cabeza pero pude dormir sin problemas. Fui muy feliz.

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