viernes, 23 de agosto de 2024

La novia de mi mejor amigo (Parte 12)

 


Respuestas

Me quedó fría. ¿Respuestas? No me parece que Lía sea doctora o enfermera, de ser así no querría hablar conmigo sino con mis papás. ¿Acaso sabe algo del meteorito? ¿De lo que me está pasando? ¿Qué clase de respuestas tiene para mí?

-No te esfuerces demasiado, sigues débil, aunque fuera de peligro. -dice Lía con un tono tranquilo pero misterioso- Fue un milagro que sobrevivieras al impacto. Este es un buen hospital, te han tratado correctamente. Seguramente te darán de alta en unos días. Como sea tu mamá volverá en poco tiempo así que no podemos dejar ir esta oportunidad.

Se pone de pie y me deja verla, oigo el clic, clac de sus tacones mientras da unos pocos pasos. Ahora está frente a mi, tiene el pelo recogido y usa lentes. Pero la habitación está a media luz, no puedo ver mucho más.

-Trabajo para una organización internacional de la que nunca vas a oír hablar, somos una organización ultra secreta. Nos encargamos de detectar fallos en la realidad. Como el meteorito que estás buscando.

-¿Ustedes tienen... el meteorito? -logro articular, durante todos estos días me había olvidado por completo del meteorito.

-Está resguardado, junto con todas las demás piezas que cayeron ese día. Es muy peligroso, como seguramente ya sabes. El problema con ese tipo de objetos, es que son completamente aleatorios. Puede pasar cualquier cosa al exponerse a ellos. No deben tocarse jamás, podrían causarte cáncer, hacerte explotar, cambiar tu edad. Pero cualquier cambio que hagan lo harán a nivel realidad, como si siempre hubiera sido así. ¿Qué te hizo a ti?

-Me convirtió en... mujer. -logró contestar mientras sigo confundida.

-Eso explica muchas cosas -contesta Lía- después de investigarte vimos que llevabas años con ese novio tuyo. Sin embargo no lo tocas, ni lo besas. Supongo que debe ser shockeante adaptarte a tu nuevo rol.

No sé que contestar así que guardo silencio. 

-Exponerte otra vez al meteorito no garantiza que volverás a ser tu antiguo yo. Tenemos documentados muy pocos casos de exposiciones múltiples. Pero nunca termina bien. La última persona que lo intento explotó, literalmente. Voló en pedazos.

Mierda.

-Mira, de cualquier manera nunca volverás a tener a tu alcance uno de esos fragmentos. -me dice sin ningún tipo de compasión- Son tan peligrosos que los resguardamos, primero en contenedores que detienen la radiación y cualquier tipo de energía que salga de ellos. Y luego en bóvedas secretas donde nadie fuera de la organización tiene acceso. Es por el bien de todos y de la realidad misma.

De repente tengo ganas de llorar, se me salen unas lágrimas.

-No soy tu mamá ni tu amiga -continúa Lía - y ciertamente, no vine a hacerte sentir mejor.  No puedes comentarle de esto a nadie, ni a tu noviecillo ni a tus papás. Seguramente no te creerían. Pero si en verdad sentimos que la organización corre algún riesgo de ser expuesta por tus dichos, tendríamos que desaparecerte y a todos los que amenacen nuestra existencia.

Demonios, puedo sentir que no está bromeando, siento como el miedo se apodera de mí.

-Solo vine a decirte que lo que te pasó es irreversible. -retoma Lía- Debes acostumbrarte a tu nueva vida. Ser mujer tiene muchas ventajas, ya lo descubrirás con el tiempo. Dejamos de suministrarte la sustancia que te mantenía dormida, calculamos que despertarías durante la noche. Así que preparamos todo para esta reunión. 

Así que por eso no he tenido energía para moverme. Me han estado drogando. El poder de esta organización debe ser muy alto para que nadie en el hospital se de cuenta de lo que hacen.

-Te mantendremos vigilada un tiempo para determinar si eres peligrosa para la organización. -dice muy lentamente, como asegurándose de sonar amenazante- Pero eres una jovencita afortunada con mucho que perder. Sospecho que no darás problemas.

Entonces puedo escuchar los pasos de mi mamá, son inconfundibles para mi. Prende la luz de la habitación. 

-Que raro... yo deje esta luz prendida- dice al instante.

-Ma... mamá -digo con mucho esfuerzo.

-Dani- al decir mi nombre sus ojos se le llenan de lágrimas- Despertaste mi princesita, ¡estás de vuelta!

En la habitación solo estamos las dos. ¿Cómo demonios salió Lía de la habitación? ¿De verdad hablé con alguien esta noche? Nada de eso importa durante mucho tiempo, mamá y yo nos fundimos en un abrazo. Lía tenía razón, soy una jovencita afortunada con mucho que perder. Y no quiero poner a nadie en riesgo. Hago todo lo posible para convencerme de que el encuentro con Lía fue una alucinación. Sin embargo, determino que a partir de mañana seré Daniela e intentaré olvidarme que alguna vez fui Daniel.

Mientras ese pensamiento y determinación inunda mi ser, sigo abrazando a mi mamá con fuerza.

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Este es el primer capítulo 100% original escrito por mí de esta historia, aunque el anterior fue 80% original. Habrá un par de capítulos más y quizá un epilogo. No publicaré otras historias hasta terminar esta. El final ya viene.

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