viernes, 18 de octubre de 2024

No te puedes quejar, eras igual que él


Hace tres meses le di una pastilla rosa a mi exnovio, porque me enteré que me engaño con mi mejor amiga. Como  vivimos en el mismo edificio, en un conjunto de departamentos, cuando me lo encuentro me gusta molestarlo con su feminidad. Hoy me lo encontré sentado en el piso jugando con su perro.

- Nunca me cansaré de decirlo, Aylin, te ves genial como hembra- le dije
- Eh, gracias- me contestó con pena, mientras abrazaba a su perro
- Por nada, seguro que no extrañas tu anterior vida como hombre ¿verdad?- continué mientras ella no salía de su incomodidad.

- Todas las mujeres del edificio están hablado sobre que empezaste a comer semen. ¿No te encanta el sabor? Me encanta cuando mi hombre se corre en mi boca y lo siento correr por mi garganta, mientras lamo las últimas y deliciosas gotas de la punta de su polla. -le dije con una sonrisa de oreja a oreja.

- ¿Qué?- me respondió atónita

- Cuéntame sobre tu cita de anoche. No te preocupes, ya Ramón nos contó todo, si me dejas darte un consejo, consíguete un hombre que sea más discreto. Aunque no te puedes quejar, tú eras igual que él.




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