domingo, 15 de septiembre de 2024

Disciplina del Lápiz Labial (Parte 1)


Capítulo 1: Los primeros años

Cuando tenía cuatro o cinco años, algo pasó... Debí haberme metido en el cajón de maquillaje de mi madre y dañar algunos de sus cosméticos o tal vez había usado su lápiz labial para garabatear en la encimera del fregadero, o alguna otra travesura por el estilo. Realmente no recuerdo qué provocó exactamente mi experiencia inicial con la disciplina basada en la vergüenza a la que ella tanto se encariñó; Sin embargo, recuerdo la indignación de mi madre cuando me llevó al baño ese fatídico día.

¡Mamá estaba furiosa conmigo! Ella gritó y me regañó y, ¡para mi horror! — procedió a colorear mis labios con un lápiz labial rojo brillante. No había nada peor que pudiera imaginar y recuerdo llorar y luchar por escapar, lo cual era inútil considerando mi edad. Con el fin de avergonzarme, insistió en que me mirara en el espejo. "¿Quieres jugar con mi lápiz labial? Bueno, ¡dime cómo te gusta usarlo!"

Luché para abrir los ojos y mirar durante un tiempo, pero ella persistió y me informó en términos muy claros que no me menospreciaría hasta que abriera los ojos y me viera a mí mismo. Estaba enojada, pero también se reía. "No te irás hasta que te mires a ti mismo". En retrospectiva, está claro que mi humillación le pareció divertida.

Finalmente, cedí y miré. Cuando finalmente abrí los ojos, todavía puedo recordar mi apariencia grotesca, las lágrimas corriendo por mi cara roja e hinchada, y mis labios y mi cara manchados con un lápiz labial rojo brillante. Recuerdo un destello de luz cuando me tomaron la fotografía. Después de unos minutos me bajó y me limpió el lápiz labial, advirtiéndome que esto podría volver a suceder.

Bueno, puedo asegurarte que nunca más pensé en jugar con sus cosméticos. ¡Jamás!

Cuando pasó ese episodio, volvió mi habitual rutina de castigos: acostarme sin cenar, sentarme de cara a la esquina, que me usaran una pastilla de jabón para lavarme las malas palabras de la boca y los switch.

Nunca sentí que ser enviado a la cama sin cenar dejara impresiones verdaderamente negativas. Sentarme en un rincón estaba bien, aunque luego mi madre lo modificó y me obligó a usar un sombrero gracioso. No era exactamente una gorra de burro, sino más bien del tipo que usan los bufones. Era rojo, amarillo y verde y tenía una bola con borlas en la punta. En retrospectiva, su intención era infligir vergüenza y esto se convirtió en un patrón que se repetiría una y otra vez.

Yo era un poco mayor la primera vez que recibí el "tratamiento con una barra de jabón". Había llamado a mi hermano menor pequeño bastardo o algo así. Probablemente yo no tenía más de seis o siete años en ese momento. Mamá escuchó esto y me llevó de regreso al mismo baño. "Parece que estas palabras sucias salen de tu boca". ella lo regañó. "Bueno, tomemos una pastilla de jabón y frotémosla en tu lengua".  El aroma de Dove aún me pone a hacer muecas.

Ahora voy a cambiar el hilo de mis pensamientos, así que tengan paciencia conmigo.

Casi todos los Halloween que puedo recordar, mi madre, por alguna razón desconocida, me suplicaba que me disfrazara de un personaje femenino de un tipo u otro. Se salió con la suya cuando yo era muy pequeño, ya que tenía un puñado de instantáneas atesoradas en las que aparecía yo con una variedad de disfraces infantiles, Caperucita Roja, una bailarina, una princesa de hadas, ese tipo de cosas.

Sin embargo, una vez que tuve la edad suficiente para notar la diferencia, invariablemente rechacé, generalmente después de una larga y prolongada discusión que me dejó llorando y a mi madre enojada como una gallina mojada. Yo era todo un chico, maldita sea, y no estaba dispuesto a andar por ahí usando un vestido estúpido, ¡ni siquiera por diversión!


Desafortunadamente, mamá demostró ser una mujer persistente; Cuando yo tenía unos diez años y mi hermano unos ocho, ella convenció a Dave para que se vistiera como una bailarina de los 60 y yo fui como un gánster. Ella le consiguió una peluca vieja, le pintó la cara con un maquillaje bastante duro y le puso un vestido de cóctel largo, un sombrero de plumas y le añadió algunos brazaletes y zapatos de mujer. En una mano llevaba un bolso y en la otra una pistola. Aún se puede encontrar una fotografía que conmemora esa noche en el álbum familiar.

Mamá parecía estar encantada con lo lindos que mi hermano y yo lucíamos juntos, sin mencionar toda la atención que recibimos de nuestros amigos y vecinos. Curioso pero cauteloso, resistí la tentación de seguir los pasos de mi hermano. No recuerdo la cantidad de veces que me suplicó que me vistiera de mujer, reforzando sus peticiones contándome cómo Dave lo había hecho y sobrevivido.

Como dije antes, no estaba dispuesta a que me sorprendieran vistiéndome como una niña y, a pesar de todas las promesas y dulces palabras, nunca acepté.

Bueno, al menos por un tiempo.

jueves, 12 de septiembre de 2024

Por salvar mi empleo


 

Estábamos teniendo una mala racha en el negocio. El dueño nos había dicho que tendríamos que cerrar y todos perderíamos el trabajo. Sin embargo me llamó a su oficina y me dijo: 

"Tal vez no tengamos que cerrar, podrías salvar el negocio y los trabajos de todos. Si tomas una píldora rosa y haces tu trabajo con ropa atrevida podrían venir más clientes. Por supuesto que tendrías que coquetear con ellos".

Decidí hacerlo y el negocio va mejor que nunca. Si coqueteo con los clientes, pero la verdad nunca llega a nada. Estoy en una relación con mi jefe, solo él puede tocar mi nuevo cuerpo y rellenarlo de amor.

lunes, 9 de septiembre de 2024

La novia de mi mejor amigo (parte 15 FINAL)

 



La conversación.

Estoy a solas con Guille. Llevo un short diminuto de mezclilla y un top negro. También traía una sudadera pero la deje en un perchero. El maquillaje que traigo hoy es un poco más cargado que el que suelo usar. Labios en rojo y sombras azules, fue difícil no lucir vulgar con esta combinación pero lo logré.

-Me sigue pareciendo raro verte vestido así. - me dice Guille.

-Vestida- lo corrijo.

-Vestida así.

- También es raro estar vestida así, créeme. ¿Me veo mal? -le digo con coquetería, sé que mi maquillaje y mi ropa me hacen lucir muy sensual.

-No quise decir eso -me dice sonrojándose.

Lo beso con pasión. El me toma de la cintura mientras me corresponde el beso.

-Eso también es raro. -dice Guille.
-Pero se siente bien -agrego con una sonrisa.
-Si. Se siente muy bien.

Nos damos otra ronda de besos.

-Eso quiere decir ¿qué somos novios? -Pregunta Guille
-No, creo que debes pedírmelo de forma romántica.
-Pero ya lo hice. -me reclama.
-No cuenta, si lo recuerdo, pero no éramos nosotros.

Reímos un poco pero de pronto Guille se pone serio.

-¿Estás seguro de esto?
-Segura -lo vuelvo a corregir
-Mientras estuviste en coma pude hablar con mi tío. Creemos que sabemos dónde cayó otro meteorito. Tal vez podamos regresarte a la normalidad.

Contemplo la posibilidad un segundo. Pero recuerdo las palabras de Lía: "...eres una jovencita afortunada con mucho que perder. Sospecho que no darás problemas."

Me aterra la posibilidad de poner en peligro a Guille o a mi familia por buscar un meteorito. De repente pienso en algo que podría ser más peligroso en el corto plazo.

-¿Qué le contaste a tu tío?

-No mucho, en realidad, no iba a hablar de ti sin tu permiso.

-Le dije que fui a explorar ese día que encontré el meteorito y que me dio como una resaca. Y que al día siguiente ya no estaba. Nada más.

-Te prohíbo volver a mencionar el tema con él o con nadie - le digo de forma brusca.

-¿Qué?

Le tomo sus manos entre las mías. Es evidente que mis manos ahora son mucho más pequeñas.

-Guille, no quiero que nos arriesguemos otra vez. Casi pierdo la vida en la moto. Me di cuenta de lo afortunada que soy por estar viva. No quiero arriesgar mi vida por un estúpido meteorito que ni siquiera sabemos como funciona y que quizá no podamos encontrar.

Guille se queda en silencio, creo entender lo que tiene.

-Guille, agradezco que te tomaras tantas molestias por mi. Creo que por eso me gustas tanto. Pero ya acepte vivir así. Si, extrañaré mi pene pero creo que me consolaré con el tuyo - digo mientras intento sonar graciosa. Él no se ríe.

-Somos como el meme "antes era mi amigo, ahora es mi novia". -dice él, ahora si reímos los dos.

-Estamos en un hotel -le digo- deja de fingir que no sabes que hacemos aquí, hay muchas cosas que recuerdo pero que nunca he vivido. Y quiero vivir esas experiencias. ¿Trajiste los condones?

-Si. También pague el hotel. ¿Qué trajiste tú?

Me levanto, le doy la espalda y me doy una palmada en las nalgas.

-¿Te parece poco?

-No, siempre supe que te gustaba el pene. -Me dice sonriendo y se pega a mi. Puedo sentir su erección.

Me toca las nalgas sobre el short. Y nos fundimos en otro beso. Solo diré que desde ese día soy suya completamente.

Durante los años siguientes pude vivir todas esas cosas que solo recordaba, las piyamadas, las salidas madre-hija, las hormonas, la menstruación. Ahora soy una mujer de verdad y soy muy feliz. Espero casarme con Guille algún día.



viernes, 6 de septiembre de 2024

Clínica Venus 1


En la clínica Venus, ayudamos a hombres a abandonar su fallida masculinidad y a abrazar una renovada feminidad. Los ayudamos a ser la mujer que siempre debieron ser. Implantamos mensajes subliminales antes y después de convertirlos en mujeres con una píldora rosa. Mensajes como el siguiente:

"Me gustan los hombres, me gusta vestirme coqueta y bonita como a cualquier mujer y por eso uso vestido y tacones "

Otra clienta satisfecha, pasó de ser un patético hombre a una mujer con novio y que tiene sexo todos los días.




martes, 3 de septiembre de 2024

La novia de mi mejor amigo (Parte 14)


La resolución.

Hoy va a venir Guille. 

Despierto con esa idea en mi mente, no lo he visto desde hace dos semanas. Mientras estuve en terapia mi mamá no lo dejo visitarme y solo pude hablar con él por teléfono. Estoy emocionada por verlo.

Preparo mi outfit del día. Elijo una minifalda de mezclilla, que me llega 15 centímetros sobre las rodillas, y un top rosa, que deja ver mi ombligo. Me armo de valor para no usar un short debajo de la falda, en su lugar uso unas bragas azules, a juego con la falda. Solo estaré con mi familia y Guille así que no debería tener nada de malo aunque igual me parece un poco temerario. Me pongo unos tenis cómodos de color blanco con unos tines que no son visibles.

Accedo a las memorias de la Dani niña para maquillarme. Recuerdo que aprendí con Annie a maquillarnos juntas, aunque al inicio parecíamos más payasos o geishas que chicas lindas. Era muy divertido. Dejo descansar a mis recuerdos, me pongo una base discreta, un poco de rubor, me pinto los labios de rosa y un poco de sombra en los ojos. Estoy lista.

Salgo a ver a mi familia. Mi abuela dice que definitivamente ya no soy una niña. A mi papá y mi abuelo les parece que llevo muy poca ropa. Pero mamá les dice que estaremos en casa todo el día así que no tiene nada de malo. Me guiñe un ojo, creo que sabe porque me arreglé tanto.

Desayunamos juntos y vemos una película. Aún faltan un par de horas para que llegue Guille. 

La película casi termina cuando suena el timbre.

-Voy yo -digo con una sonrisa. 

Me levanto con gracia, gracias a mis recuerdos sé moverme con esta ropa tan escasa. Por un momento me parece que fue una mala idea vestirme así pero ya no hay vuelta atrás.

Al abrir la puerta me recibe un Guille boquiabierto, trae un ramo de girasoles en las manos.

-¿Dani?... -dice confundido.
- Si. Soy yo. Casi me mato cayendo de una moto ¿y el que se está quedando ciego eres tú? -le digo sonriendo, mi respuesta lo hace relajarse.
-¿Qué haces vestido así? -logra articular mientras finge no verme.
-Decidí ponerme guapa para un chico tonto - le digo mientras me acerco a él y me pongo de puntillas.

Le doy un beso. Me lo corresponde y me abraza con una mano. Con la otra protege las flores que me va a regalar.

-Te explicaré todo otro día, ahora pasa. -le digo con una sonrisa.
-Son para ti. -Me dice, hay restos de mi lápiz labial en su boca, es una imagen que me gusta.
-Gracias, ven te presentaré a mis abuelos. 

Entramos y cerramos la puerta. 

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Desde el techo de una casa cercana, Lía observa la escena, ve a Dani, vestida con minifalda y un top muy femeninos darle un beso a Guille. Él le da unas flores a ella y luego entran a la casa. Entonces toma su radio y dice:

-La chica no es una amenaza. Podemos dejarla en paz.

Unos segundos después no hay nadie en la azotea de esa casa.

domingo, 1 de septiembre de 2024

Fuiste un mal hijastro


"¡Mientras me miras, puedes sentir que ahora estás en mi poder! ¿No te sientes débil? Sientes débiles tu rodillas, ¿verdad? ¿Sabes por qué? Porque ahora me perteneces.". me dijo mi madrastra Deborah.

"Has sido un mal chico y un mal hijastro, no voy a aguantar más tu actitud masculina. Siente cómo fluye tu agresividad, mientras reemplazo toda esa testosterona con una píldora rosa. Siente cómo ya no puedes más. Enójate porque te vuelves pasiva y cariñosa. Ahora tienes una actitud femenina . Siente como cambia tu cuerpo




Siente un hormigueo en tu pecho mientras el vello de tu cuerpo se vuelve tan fino que ni siquiera puedes verlo. Sienta sus pezones cuando comiencen a hincharse. Siente cómo tus areolas se ensanchan y se oscurecen a medida que tus senos comienzan a formarse. Así es, ahora tienes senos, ¡y cada vez están más grandes!



Pero no te preocupes por ellos todavía; ¿Has notado que mientras tus senos se estaban formando, tu pene se contrajo dentro de ti? Incluso ahora se está transformando en tu vagina, a medida que tus bolas se están convirtiendo en tus ovarios. Así es; ¡Ahora eres una niña y si tienes relaciones sexuales con un hombre, puedes quedar embarazada! Sé que no quieres hacer eso, pero espera. A los pocos meses de ser niña, empezarás a sentir nuevos deseos. Eres una niña ahora. Eres una de nosotras. Y serás así para siempre. ¡Eres tan bonita! Tan femenina. Eras un mal hijastro y ahora eres mi buena hija".